lunes, 4 de mayo de 2009

y ni te miraría

En condiciones normales, ni te miraría a la cara.
     Es la 1:30 del mediodía, andamos por la Plaza de la Lealtad y ese día se inauguró el año económico en el edificio de la Bolsa, por tanto había una cantidad de coches oficiales, de escolta, de policía impresionante en los alrededores.
     Un hombre de entre 60 y 65 años me da el alto.
     - A Hermosilla, a la altura de las oficinas de El Corte Inglés.
     Yo que estaba pelín quemado por el tráfico (colapsaron tooodo el centro de Madrid), le dije que qué hartura de coches oficiales.
     Su respuesta fue alucinante para mí.
     - Yo he venido con tres esta mañana.
    Por supuesto que me quedé a cuadros después de la metedura de pata, pero... empieza a decirme que cuánta gente viviendo del cuento, y la conversación deriva en sus 11 y mis 14 horas de trabajo diarias. Hasta que sale el tema de los políticos, que según él trabajan poco y que "lo sabe por conocimiento personal".
     En fin, acabó diciéndome que amigos suyos, que lo fueron, entraron en la política (en cualquiera de los grandes partidos) y a partir del año y medio, irreconocibles, se convierten en políticos profesionales y desaparecen como personas para acabar medrando en beneficio propio.
     Todo esto es una conversación normal dentro de un taxi. Salvo por un pequeño detalle.
     Mi cliente era Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, que prefirió "coger un taxi para llegar antes a la oficina", ya que según me dijo tenía que aprovechar el tiempo.
     Una conversación que jamás podría haber tenido si no me dedicase a esto.


     Es sorprendente cómo este tipo de gente llega a decir lo que dice en esta situación, cuando en condiciones normales, ni me miraría, ni nos miraría a la cara.
     Lo enriquecedor de todo esto es tener la oportunidad de aprender de todas las formas de pensamiento.


     Ojos bien abiertos y orejas tiesas. Educación y poca vergüenza.
      Esa es la clave.


  16-06-08

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